Las bicicletas subirán de precio: el nuevo golpe global que empieza en EE.UU. y puede salpicar a Europa

El ciclismo, uno de los sectores que más ha crecido en los últimos años, se enfrenta a una amenaza que podría alterar profundamente el mercado global: el incremento de precios motivado por los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos. Aunque en un principio parece un conflicto limitado al territorio norteamericano, sus efectos podrían llegar también a Europa y cambiar la manera en la que compramos bicicletas y componentes.

EE. UU. aplica aranceles históricos: hasta el 54 % para productos asiáticos

En abril de 2025, el gobierno estadounidense activó su nueva política comercial “Liberation Day”, imponiendo aranceles de hasta el 54 % a productos procedentes de China y Taiwán, países clave en la fabricación mundial de bicicletas y componentes. Esto ha obligado a marcas como Trek y Specialized a subir de inmediato los precios de sus modelos en el mercado estadounidense.

Trek aplicó aumentos generalizados, incluso sobre pedidos ya realizados pero no entregados, mientras que Specialized añadió un recargo del 10 % visible tanto en las facturas entre empresas como en las ventas online al consumidor final. El impacto económico no se ha hecho esperar: una bicicleta que costaba 1.000 dólares puede alcanzar los 1.490 dólares una vez cruzada la frontera.

¿Y Europa? ¿Subirán también los precios aquí?

Por ahora, los consumidores europeos se mantienen al margen de estos aumentos gracias a que las bicicletas destinadas al viejo continente se distribuyen directamente desde fábrica, sin pasar por EE. UU. Sin embargo, el mercado global está interconectado, y lo que ocurre en una parte del mundo suele tener efecto dominó en otras regiones.

La presión sobre las cadenas de suministro y las decisiones estratégicas de las marcas podrían acabar impactando también en Europa. Si la producción en Asia se ve saturada o encarece sus procesos, es probable que estos costes terminen reflejándose en los precios europeos. Además, si Estados Unidos deja de ser rentable como mercado, las marcas podrían redirigir parte del stock hacia Europa, generando un efecto temporal de mayor disponibilidad… pero también la posibilidad de ajustes logísticos a largo plazo.

Un nuevo escenario: más producción local y reajustes globales

La situación actual está forzando a las grandes marcas a revisar sus cadenas de producción, distribución y precios, generando un nuevo mapa de decisiones industriales. En este contexto, Europa podría ganar terreno si aumenta su capacidad de producción local, algo que ya están explorando algunas marcas que fabrican cuadros o componentes en países como Italia o Alemania.

El futuro del mercado ciclista pasará por un reajuste generalizado: precios al alza, posibles movimientos hacia una fabricación más cercana y una mayor competencia entre marcas que buscan adaptarse a las nuevas reglas del juego.

Conclusión

Aunque los nuevos aranceles han comenzado golpeando el mercado estadounidense, nadie en el mundo del ciclismo puede sentirse totalmente a salvo. Las consecuencias podrían extenderse más allá de lo previsto, y Europa deberá estar preparada para adaptarse a un nuevo escenario económico y logístico.

¿Seguirán siendo las bicicletas un producto accesible para todos o volverán a ser un lujo? El tiempo —y las decisiones de las grandes marcas— lo dirán.

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